Enclavado en un cerro a más de 600m de altitud, resiste Gallipienzo antiguo, uno de los lugares más fieles a sus orígenes medievales. Fue construido en el siglo X como enclave defensivo contra los ataques musulmanes y está considerado como uno de los pueblos atalaya más pintorescos de Navarra.
Entre su patrimonio destaca la Iglesia del Salvador (S.XV) declarada bien de interés cultural. En su interior se conserva parte de la policromía original y su gran joya, la cripta de Santa Margarita de estilo románico tardío. Recorre su casco urbano de calles empedradas y casas señoriales con escudos nobiliarios.
En la cima del pueblo se encuentra el Mirador de Gallipienzo, un lugar para tomar aire y contemplar la espectacular vista que conforma el desfiladero del río Aragón y la Reserva de Kaparreta, donde avistar buitres y águilas no será tarea difícil.